No conocía de nada esta serie, pero cuando se licenció y leí su sinopsis, supe que sería una compra segura. Actualmente es una de esas series imprescindibles en mi estantería y puedo decir que he llorado bastante durante su lectura.
Título: Padre e Hijo, Chichikogusa
Género: slice of life
Tomos: 7 (abierta)
Editorial: Milky Way Ediciones
Precio: 8,00€
Sinopsis:
Torakichi es un boticario que vive en Japón en el siglo XIX. De repente, este joven boticario pierde a su mujer y se ve solo ante la crianza de su hijo. No sabe mucho sobre cómo criar un hijo, además de tener que lidiar con el fallecimiento de su mujer. Ante esta situación tan difícil, decide llevarse a su hijo por sus rutas de trabajo. ¿Será capaz de compaginar trabajo y crianza? ¿Se adaptará Shirô a una vida tan errante?
¿Por qué lo recomiendo?
Compré esta serie prácticamente a ciegas. Siempre me gusta leer algún capítulo para ver si me va a gustar o no, pero esta vez, solo leyendo la sinopsis sabía que era una buena compra. Me leí los tomos según se iban poniendo a la venta y, aprovechando que me llegó el último tomo, decidí releerla completa. Dicha relectura me ha llevado a hacer esta entrada recomendándolo encarecidamente.
En Padre e Hijo conocemos a Torakichi, un boticario en el Japón del sigo XIX. Es un hombre joven centrado en su trabajo que se queda viudo y en encuentra en la tesitura de tener que criar a su hijo Shirô, de apenas tres añitos, solo. Es una historia muy tierna, Shirô está en el momento de empezar a descubrir el mundo que le rodea, dando lugar a situaciones muy entrañables; y muy triste: debido a su trabajo, Torakichi no ha pasado mucho tiempo con su hijo, lo que hace que el pequeño Shirô extrañe enormemente a su madre. Por otro lado, para Torachiki ver a Shirô implica rememorar muchos recuerdos de su difunta esposa. Se trata, por tanto, de una historia en la que los sentimientos están a flor de piel y con ciertos momentos divertidos propios de un niño que descubre el mundo por primera vez.
Un aspecto que me encanta de esta historia es que los personajes se nos presentan de una forma muy natural. A lo largo de la historia vamos conociendo un poco más de pasado de Torakichi y Shiroi, pasado que me ha encantado conocer, y poco a poco se introducen tanto en la historia como en la vida de Shirô, amistades y familiares de sus padres. Me ha encantado la forma de introducir los personajes que tiene Mi Tagawa y he disfrutado mucho intentando adivinar qué parentesco se escondía detrás de algunos personajes y viendo cómo se relacionan todos ellos. Tanto por el dibujo como por la mezcla de diversos sentimientos es un manga imprescindible en mi estantería. Eso sí, si lo leéis preparaos para llorar y cuidadito, este manga da ganas de tener hijos.
Y hasta aquí esta tercera recomendación. Espero poder disfrutar pronto de nuevos tomos de esta serie, porque ya os digo que los disfruto muchísimo 😊
¡Nos vemos en la próxima!
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